Fecha: 23 septiembre, 2018

La propuesta de Rodrigo Martín Noriega, profesor de geografía e historia, compite con 400 proyectos de docentes de toda España para lograr el premio Educa Abanca, que pretende poner en valor a los profesores más implicados en su labor educativa

Un profesor del IES María Moliner, Rodrigo Martín Noriega, opta a convertirse en el ‘Mejor docente de España’ de este año, tras haber logrado su propuesta convencer al jurado de los premios Educa Abanca. De esta manera, y tras haber superado una primera fase en la que se han presentado cerca de 2.000 candidaturas, compite con 400 proyectos de todo el país para obtener este galardón que pretende poner en valor a los profesores más implicados en su labor educativa.

Los premios, que pretenden ser «los Goya de la Educación», reconocen «la buena práxis de los docentes», que no pueden presentar su candidatura, sino que deben ser propuestos por su alumnado, su ex alumnado o por las familias de sus alumnos. El proyecto de Martín tendrá ahora que superar en puntuación al resto hasta pasar a los diez finalistas, cuyo docente con más puntuación obtendrá el reconocimiento.

Tal y como se reconoce en las bases de los premios, «la educación está actualmente experimentando un gran debate mediático entre profesorado, políticos, familias y alumnado. Iniciativas individuales realizadas por docentes de diferentes centros educativos están creando semillas distribuidas por toda la geografía española hacia un modelo educativo diferente, donde el alumnado mejore su comprensión de los contenidos abordados, su valía como integrante de una sociedad y destacando sus posibilidades de acción frente a aspectos negativos y dificultades para el aprendizaje».

En este sentido, el proyecto de Rodrigo Martín Noriega -quien además de ejercer como profesor desde 2011 y llevar tres años en el IES María Moliner compatibiliza su labor docente con la de escritor- fue presentado por sus alumnos de bachillerato del pasado curso, sin que él mismo lo supiera. «Cuando me lo comunicaron no pensé en ningún momento que pasaría el corte, y aunque para mí es un honor y estoy muy agradecido es un poco incómodo y embarazoso, puesto que el foco no debería estar sobre mí: esto es un trabajo en equipo», señala Martín, quien cree que «el mérito es de los alumnos y del resto de profesores, siendo un reconocimiento colectivo».

Los alumnos eligieron a Martín por la «buena química» establecida con él, aunque como él mismo señala, «yo simplemente me adapté al grupo, que era muy bueno, surgió la chispa y cada hora de clase fue fantástica». Tal y como reconoce, «no tengo metodología previa, simplemente conozco a mis alumnos y doy la clase en función de cómo sean, tratando de motivarles para que demuestren lo que valen. Si aplicas un método igual para todos es imposible que funcione, puesto que los alumnos son personas».

A pesar de todo, Martín ha declarado a Laguna al Día que no está seguro de continuar con el proceso del concurso. «Tengo que hablar con algunos de mis alumnos, porque para mí haber llegado hasta aquí ya es una victoria moral, un regalo que me han hecho; pero seguir significaría colocar el foco sobre mí y quitarle un poco de magia a todo esto, que ha supuesto un auténtico éxito colectivo», concluye.