Fecha: 15 julio, 2014

Carlos Gandiaga Calero, de 16 años de edad, cursará primero de Bachillerato en un centro de Ontario tras obtener una beca de la fundación Amancio Ortega, de la que solo disfrutan 100 estudiantes a nivel nacional

El próximo 27 de agosto es una fecha clave para Carlos Gandiaga Calero, joven estudiante lagunero. Ese día tomará un avión rumbo a Canadá, a sabiendas de que no podrá volver durante el curso que desarrollará en un instituto canadiense. Sin embargo, ve muy claros sus objetivos y su oportunidad: resulta que este joven, de solo 16 años de edad, es uno de los pocos afortunados ganadores de los 4.700 alumnos que se presentaron a la beca Amancio Ortega, que da la oportunidad de estudiar un año en este país norteamericano con todos los gastos pagados.

Tan solo 100 estudiantes de toda España pueden decir lo mismo, y es que pasar los trámites hasta conseguir la beca ha sido todo un mérito para Carlos. Según explica, a pesar de dominar el inglés con notas por encima del 8 ha tenido que presentar calificaciones muy altas de su curso anterior. Tras pasar una criba en la que quedaron 600 estudiantes, debió realizar una prueba escrita que redujo esta cifra a la mitad. Por último, a través de una entrevista por skype se decidía si Carlos estaba entre los seleccionados para la ayuda.

«Cuando me enteré de que había sido seleccionado acababa de salir de un examen y apenas pude asimilarlo», declara el joven estudiante, que comenta que aún no se plantea cómo será su próximo año, y «lo que tenga que venir vendrá». Carlos pasará un año entero con una familia de acogida, en un destino que aún desconoce, pero en el cual se encontrará al margen del resto de españoles. Su beca le cubre la manutención, el transporte e incluso 100 euros mensuales para sus gastos.

La fecha de su viaje se acerca y Carlos no se muestra nervioso, a pesar de que sabe que no podrá volver a España durante todo el curso. El joven afirma que ya se ha puesto en contacto con las otras dos estudiantes becadas de la provincia de Valladolid, y están valorando la experiencia positiva de los alumnos que ya disfrutaron de esta experiencia durante el año pasado. Carlos avanza que se plantea su futuro por la rama de ciencias, aunque aún no sabe en qué especialidad. «Allí me espera un bachillerato diferente», aclara el lagunero, quien destaca que «debe elegir entre asignaturas como creación de videojuegos, debate, peluquería, banda de música o guitarra». De momento, tras su largo viaje le espera un año de estudios práctico y diverso, el cual será perfecto para perfeccionar su ya de por sí buen inglés.