Fecha: 7 enero, 2015
Guiada por su pasión de ayudar a los demás y de cumplir su sueño, Leonor López no se lo pensó dos veces a la hora de hacer las maletas. Con una licenciatura y un máster de biología y clínica del cáncer, España no fue capaz de ofrecerle un trabajo de acorde a sus estudios, por lo que cruzó la frontera con destino a Francia. Marsella fue su lugar de acogida, y actualmente se encuentra en uno de los centros de investigación del cáncer pioneros en el mundo.
¿Cómo fue tu decisión de abandonar España?
Tras encontrarme con una licenciatura, un máster y muy pocas posibilidades de futuro decidí salir de España, entonces fue cuando decidí venirme a Marsella, aquí hice un máster y unas prácticas, hasta que por fin a mis 26 años conseguí mi trabajo actual.
¿Cuánto tiempo llevas en Marsella y por qué decidiste marcharte allí?
Hace dos años decidí venir principalmente por las pocas oportunidades laborales que hay en estos momentos, de hecho mis posibilidades se reducían a realizar un trabajo no remunerado. En principio quería venir directamente a trabajar, pero aquí tampoco sobra el trabajo, y la mejor solución era hacer otro máster y unas prácticas para poder presentarme a oposiciones y conseguir un puesto.
¿Cómo terminaste trabajando en este centro de investigación del cáncer?
Tenía muy claro que quería continuar mi formación en investigación oncológica, y el centro de investigación de Marsella me pareció el sitio perfecto para continuar. Me propusieron hacer unas prácticas y si todo iba bien me presentaba a las oposiciones para obtener una beca de tres años. Y así fue como conseguí sacar mi plaza.
El centro consiste en un hospital únicamente para pacientes enfermos de cáncer y cuenta con 8000 metros cuadrados de superficie de laboratorios en los que trabajan 250 personas. Las investigaciones están centradas sobre todo en el cáncer de mama y cáncer inmunológico (leucemias, linfomas..).
¿Cómo es el día a día allí y en qué consiste específicamente tu trabajo?
El día a día aquí es diferente a España. Comienzo mi jornada a las 9:00 de la mañana y termino sobre las 19:00. La costumbre francesa es comer en el trabajo a mediodía. Al final de la jornada está a punto de cerrar el comercio, por lo que no se hace vida a partir de las 20:00. Sin embargo, los fines de semana hay mucho ambiente en la ciudad. Eso sí, a partir de medianoche los bares cierran y no hay nadie por la calle.
En cuanto a mi trabajo, me dedico a buscar tratamiento en un tipo de cáncer de mama muy agresivo para el que no existe un tratamiento satisfactorio. Tengo a mi disposición células extraídas de tumores humanos, a las que les hago modificaciones genéticas para identificar un posible tratamiento.
¿Es gratificante trabajar en algo que sabes que ayudará a miles de personas que sufren esta enfermedad?
La verdad es que sí. Cada día hay más avances en este campo y más gente que puede superar la enfermedad. Yo en especial trabajo con el cáncer de mama que se hereda genéticamente, y por lo tanto afecta tanto a hombres como a mujeres en una edad temprana. Cuando pienso que gracias a los pequeños avances se pueden salvar a algunas personas o mejorar su calidad de vida es una verdadera satisfacción.
¿Cómo es la vida en Marsella a efectos de precios, calidad de vida, gente…?
Francia en general es un país caro si lo comparas con España. El precio de la comida es casi el doble. Además en el sistema francés hay muchos impuestos, muchos de los cuales no existen en España… Pero sin embargo hay cosas que son más baratas como el precio de la matrícula en la universidad. La gente es muy educada pero las amistades no son iguales, digamos que son más distantes que nosotros. Aunque hay de todo, como en todos los sitios.
En comparación con España, ¿Qué ventajas y que inconvenientes encuentras allí?
La principal ventaja es poder tener un trabajo que te permita tener autonomía económica. En España se queda todo lo demás: familia, amigos y en general toda mi vida…
¿Te permite tu trabajo alguna visita a España? ¿Qué es lo que más echas de menos de Laguna?
La verdad es que tengo la suerte de estar muy cerca de España, y con los medios de transporte actuales es fácil poder viajar a casa para pasar unas vacaciones. Aquí los parajes naturales son muy bonitos, pero nada como un paseo por la acequia, el canal o el lago. Sobre todo lo que más se echa de menos es el ambiente que se puede encontrar en Laguna, donde todo el mundo se conoce y siempre encuentras una cara conocida.
¿Te planteas volver aquí a continuar con tu carrera algún día o tal y como está la situación lo ves complicado?
Desde luego que me encantaría volver a España, pero va a ser muy difícil, cuando veo que algunos de los investigadores españoles más prestigiosos tienen que salir de España para poder continuar te das cuenta de que te han dado el billete de ida pero no de vuelta. La mayoría de los jóvenes como yo nos hemos ido obligados, ya que allí no queda nada. La universidad es cada vez más pobre, no hay dinero para nada, en muchos centros se están utilizando técnicas de investigación anticuadas… Hacen falta muchos años y mucho dinero para restaurar lo que hemos perdido en estos años. Ya nos hemos quedado a la cola en Europa como país investigador: algunos países como Portugal, Estonia y Republica Checa. ya nos han adelantado.