Fecha: 11 abril, 2018
En un comunicado dirigido a los amigos de la joven, tanto su familia como su pareja afirman haber sentido «algo parecido al consuelo» al ver «cuánta gente la quería, la quiere, y cuánto»
La familia y la pareja de Irene Baladrón, la joven lagunera que perdió la vida el pasado 31 de marzo tras sufrir un accidente en la Playa lucense de las Catedrales, ha lanzado un comunicado transmitido a Laguna al Día y dirigido a todos sus amigos y conocidos. Lo han hecho una semana después de que la Plaza Mayor del municipio acogiese un emotivo homenaje y despedida a la fallecida, que fue solicitado precisamente por los amigos de esta, durante el cual las circunstancias no les permitieron expresarse.
«Queremos daros a todos las gracias por el gesto de cariño que tuvisteis con ella al solicitar al Ayuntamiento de Laguna el minuto de silencio en su memoria», comienzan afirmando, para después explicar que «nos hubiera gustado poder hablar con cada uno de vosotros, escuchar las anécdotas que tenéis de Irene, y contaros también las nuestras, para poder tener todos una imagen más completa que guardar de ella. Pero la presión mediática de las cámaras y algunos periodistas nos empujó a refugiarnos en el edificio del Consistorio, y la oportunidad se desvaneció».
Tanto la familia como la pareja piden a todos que no olviden las historias que compartieron con Irene, y ruegan «que la recordéis como era, perfectamente humana, humanamente perfecta: su corazón enorme, su mirada penetrante y expresiva, su ceño fruncido y su sonrisa». «Recordad su carácter inconfundible y expansivo, evidente desde el primer instante que vivió; recordad que era cariñosa, risueña, inquieta; recordad que era amante de los animales y, sobre todo, recordad que era, en el buen sentido de la palabra, buena», afirman.
«No hay palabras en ningún idioma, no hay gestos, ni sonidos, ni una cantidad suficiente de lágrimas, que puedan describir el dolor, o mejorarlo. Pero encontramos el tres de abril algo parecido al consuelo al ver cuánta gente la quería, la quiere, y cuánto», reconocen el comunicado, en el cual dan las «Gracias, de corazón», a todas las personas que colaboraron en la despedida. «Nos gustaría cerrar con una frase de Pablo Neruda que a Irene le inspiraba, que nosotros aprendimos gracias a ella, y que resulta muy adecuada ahora: “Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida”, concluyen.