Fecha: 22 marzo, 2014

El viernes tuvo lugar la entrega del galardón a los “Oficios del Ayer”, con motivo de la semana cultural del Día de la Vieja. Germán Arranz recibió en el Centro de Personas Mayores una placa de la mano del Alcalde Luis Minguela  como reconocimiento a toda una vida dedicada a recoger los residuos en el municipio.

70 años. Es el tiempo que ha estado trabajando Germán para los vecinos de Laguna de Duero.  Nació el 18 de enero de 1930 y ahora lleva ya 84 años a sus espaldas. Hijo de laguneros, nació en el municipio y fue padre de cuatro hijos.

Su familia, como se les conoce “los Pelayos“  , es un apodo debido a que “ mi padre se llamaba Pelayo, y nos quedamos con el mote. A mi madre la llamaban “la roja”, así que siempre me quede con el hijo de “la roja”.  Llegó a este oficio  como afirma “porque no había otra cosa y vine aquí ganando 20.000 pesetas. Desde pequeño estuve en el campo y yo elegía mis horarios”.

En sus inicios como barrendero, empezó limpiando los corrales de Laguna.  Germán guarda mil y una anécdotas de cuando Laguna y la palabra pueblo iban unidas de la mano con más intensidad: “una vez una mujer me araño por no quererme llevar la basura y me quito hasta la camisa, casi me dejó en cueros “. Para este lagunero de nacimiento, laguna ha cambiado de los pies a la cabeza. Según él “Laguna antes era pueblo, ahora ya no lo es. Esto está ahora hecho un deshecho de tiendas” comenta entre risas.

Estuvo vinculado al Ayuntamiento hasta que le echaron, y como explica “me dijeron que me liquidaban con 40.000 pesetas pero al final por un error de la secretaria me fui con los bolsillos vacíos “.

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Según una ordenanza del Ayuntamiento de aquella época, el camión de la basura no paraba, por lo que Germán y sus compañeros debían correr detrás de él.

Rememorando el Día de la Vieja,  Germán recuerda esa tradición dónde “los niños no tenían colegio y se iban de casa en casa con una cesta en la mano a “pedir la vieja”, esta costumbre tenía como objetivo juntar las viandas  en unos tiempos difíciles  para ir a merendar a los pinares de los Valles “. Como anécdota recuerda que “si te despistabas jugando, cuando volvías, eran otros los que se habían comido la tortilla”.

Para cerrar el acto, se le hizo entrega de una placa por parte del Alcalde Luis Minguela  como reconocimiento a su trabajo, homenajeando sea ya de paso, esos oficios perdidos del ayer.  El Alcalde dejó unas palabras para cerrar el acto agradeciendo y reconocimiento “a todas las personas que se han empeñado en trasladar su sabiduría con los Juegos del Ayer a cerca de 200 niños”.  También quiso hacer mención a Marino Hernández por su exposición “Nuestras Raíces”.  Por último hizo hincapié en la figura de Germán Arranz y su labor durante toda su vida, “un trabajo con todo el orgullo del mundo “.