Fecha: 18 septiembre, 2017

Francisco Álvarez dirige, desde hace un año, Vallapadel, la escuela de Padel Arena, donde cuenta con más de 220 alumnos, además de coordinar las escuelas de Boecillo, Cabezón y Fuensaldaña

Con el objetivo de dar respuesta a una demanda cada vez más creciente en Valladolid, Francisco Álvarez tomó las riendas hace un año, junto a su mujer, Isabel María Muñoz, de su propia escuela de pádel. Aunque comenzó bajo el nombre de Mediserv, hoy adopta el nombre de Vallapadel, al igual que la tienda especializada que regentan y que, con marcas como Padelweek, Head, Enebe, K-Swiss o Joma permanece abierta en las instalaciones de Padel Arena. Precisamente es en este complejo, ubicado a cuatro minutos de Laguna de Duero, donde desarrolla la actividad esta escuela, que se diferencia de la competencia por su trato adaptado y personalizado con cada alumno.

Para ello, Vallapadel cuenta con hasta cuatro monitores titulados -algunos incluso a nivel nacional, como el lagunero Juan Cruz Revilla- que anteponen las preferencias de cada alumno y siguen su evolución semana a semana. Junto a ellos da clase también el propio Francisco Álvarez, quien afirma que “cuando entra un nuevo alumno lo primero que hacemos es preguntarle su disponibilidad”, e insiste en que el valor añadido de esta escuela es que “nosotros nos adaptamos al alumno y no el alumno a nosotros”. Por otro lado, el seguimiento del mismo se

hace incluso a través de entrenamientos grabados en vídeo, garantizando además que todos ellos recuperen las horas a las que no puedan asistir. Los horarios, asimismo, son flexibles, y se amplían desde las 9:30 a las 23:00 horas, adaptándose a las necesidades de cada alumno. Otra de las ventajas de Vallapadel son las instalaciones con las que cuenta: pistas nuevas, de calidad e individuales, donde absolutamente ninguna distracción afecta al desarrollo de cada clase. Estas están dirigidas a todo tipo de alumnos, desde niveles de iniciación hasta gente federada que, incluso, tiene ocasión de competir a través de la propia escuela.

La temporada de clases de Vallapadel comienza en octubre y se prolonga hasta junio, y los cursos incluyen 36 horas anuales -una hora a la semana, recuperable en caso de no poder asistir- con unos precios que varían entre los 35 y los 45 euros al mes, y que dependen de los horarios de mañana o de tarde. A su vez, existe la posibilidad de disfrutar de clases particulares. Aunque en Padel Arena Vallapadel solo hay clases para adultos, los más pequeños pueden inscribirse en la escuela de Boecillo, que junto con las de Cabezón o Fuensaldaña- también están dirigidas por Álvarez, manteniendo un precio mensual de 35 euros. Y es que el director de Vallapadel es, asimismo, entrenador del equipo femenino de Boecillo.

Con varios años de experiencia como coordinador de la escuela de Padel Arena, Álvarez reconoce que el comienzo de la andadura de Vallapadel ha sido muy positivo. “De 180 alumnos hemos llegado a más de 220 en un solo año”, afirma, marcándose como metas para el próximo curso “nivelar a todos los grupos para que los alumnos puedan jugar partidos entre ellos, sumar más alumnos dentro de las posibilidades y crecer instalándose en más municipios, donde poder trabajar con niños”.

Las competiciones son, asimismo, habituales en Vallapadel, una escuela que es precisamente organizadora del Torneo de Padel de Boecillo, en el que competirán, durante los próximos días, más de dos centenares de jugadores. Como última ventaja, Vallapadel cuenta, en su propia tienda especializada, con productos de calidad, así como descuentos aplicables a los miembros de la escuela. Otra forma de incentivar a los aficionados de este deporte en auge, que no tienen excusa para no practicarlo a un solo paso de Laguna de Duero.