Fecha: 30 noviembre, 2017

Desde que iniciara su andadura en el año 67, ha sido uno de los establecimientos de referencia en la localidad, actualmente regentado por la tercera generación Aja-Maseda

Han pasado ya 50 años desde que Antonio y Eugenia montaran en el corral de su casa el Bar Yuma. Hasta tres generaciones de esta familia han pasado por la gestión de este establecimiento mítico en Laguna de Duero ubicado en la Plaza de la Constitución. Sus tigres, bocadillos o la comida tradicional han sido uno de sus signos de distinción.

Por aquel entonces había pocos bares en Laguna y decidieron apostar por hacer algo distinto, donde el Yuma pasó a convertirse en lugar de reunión de agricultores y la gente del pueblo para sus bailes o jugar al mus. Como elemento destacable, el Yuma fue el primer establecimiento en la localidad en contar con taza de wáter, toda una revolución por aquel entonces donde un agujero en el suelo era lo más habitual.

Javier Aja y Josefa Maseda, segunda generación de este establecimiento, apostaron por continuar con el negocio durante 30 años con la comida tradicional, de madre como baluartes.

Jesús Aja actualmente forma parte de la tercera generación de esta familia hostelera. Su juventud ha aportado al negocio un cambio de cara más moderno, con una importante remodelación del local, donde continúan manteniendo la esencia de sus platos, desayunos y almuerzos. Jesús recuerda cómo hace años “la gente llenaba el bar durante las patronales para comer su bocadillo o almorzar y se reunía gran parte del pueblo”.

Las chapas han sido otro de sus principales reclamos como bar, ya que, desde que iniciara su andadura, ha sido el lugar elegido para jugar a este tradicional juego. Hablar de Yuma es hablar de Laguna de Duero, por lo que se espera que sigan escribiendo su historia por muchos años más en nuestra localidad.