Fecha: 11 septiembre, 2017
El fallo con la espada en el último de la tarde impidió al iscariense redondear su triunfo ante los cuajados novillos de El Cahoso.
Darío Domínguez, la joven promesa de Iscar, causó una grata impresión en su presentación en el coso lagunero, en el que destacó claramente sobre sus compañeros de cartel en el segundo y último festejo del abono.
La larga cambiada con la que recibió al primero de su lote dejó constancia de la disposición con la que afrontaba el compromiso. A partír de ahí se lució en el toreo a la verónica y en una faena de muleta sobre la mano izquierda con series de naturales muy templados y de excelente factura. Rubricada su labor con estoconazo por derecho, fue premiado con una oreja con fuerte petición de la segunda que la presidencia no atendió.
Con el castaño que cerraba plaza, un novillo con hechuras de toro, el iscariense volvió a estar muy entonado, cogiéndole el punto a su oponente en varias tandas de muletazos por ambos pitones. Tras adornarse por manoletinas, tenía en su mano redondear el triunfo, pero su desacierto con la espada le privó del trofeo que necesitaba para abrir la puerta grande. Antes de retirarse a la enfermería para ser tratado de un leve corte en su mano izquierda, el público le despidió con una fuerte ovación.
Pese a estar mas rodados, sus dos compañeros de terna han pasado con mas pena que gloria por el coso lagunero. Un quite por chicuelitas a su primero fue lo más destacado del pacense Luis Miguel Terrón, que no consiguió ligar faena con ninguno de sus dos enemigos. Con el segundo se lució en banderillas al vallisoletano Mario Campillo.
Tampoco pudo brillar el madrileño Juan David Garzón, que apenas pudo instrumentar muletazos sueltos a su descastado primero, mientras que la descompuesta embestida de su segundo frustró su voluntarioso intento de faena. En ambos escuchó palmas.