Alba Ruiz, un ejemplo de cómo romper barreras con el balonmano como protagonista

La jugadora del BM Laguna fue reconocida este año con el Junco de Oro en la categoría de deportistas con discapacidad para premiar el esfuerzo de esta joven que lucha día a día por alcanzar sus sueños

¿Por qué no? Prueba a cerrar el ojo derecho, dejar caer tu brazo izquierdo y siente tu pierna adormecida. Alba Ruiz, jugadora del BM Laguna, padece desde los 18 meses de vida una hemiplejia en el lado izquierdo de su cuerpo y una pérdida de visión en el ojo derecho. Pese a las dificultades que le ha planteado la vida, Alba ha sabido demostrar que con esfuerzo y espíritu de superación se puede llegar allá donde uno quiera.

Desde el año 2015 practica balonmano, donde empezó de la mano de su madre y una amiga de esta. “La verdad es que yo no elegí este deporte. Me dijeron que iba a ir a probar y así empecé”, comenta entre risas Alba. Antes realizó otros deportes como natación o baile clásico y flamenco en la escuela municipal. Para Alba, aparte del valor de realizar balonmano, el deporte le ha otorgado otros valores como la amistad y la capacidad de superación. Ahora compite en categoría cadete sénior nacional. “Entrenamos tres días a la semana y dos horas cada día, a lo que se suma el partido de los fines de semana con encuentros en diferentes localidades de Castilla y León”.

A lo largo de este proceso de adaptación reconoce que al principio le costó. “Hoy en día también se me ponen cuesta arriba las cosas. Cometo errores y me frustro por ello, pero como en la vida, hay que intentar las cosas y si te caes, volver a levantarte. Estar donde he llegado ha supuesto un esfuerzo, también para mis compañeras, que se han adaptado un poco a mi juego para que la pelota, por ejemplo, me llegara votando para poder cogerla y no perder el ritmo. Tengo que agradecérselo, ya que ellas han puesto de su parte para saber cómo me tienen que pasar y el ritmo al que juego”.

Alba está integrada en el equipo, y como ella misma reconoce “me implico en la normalidad del equipo, para ello trabajo con una fisioterapeuta, que me ayuda a trabajar la estabilidad, la flexibilidad y cómo manejar mejor la mano izquierda”.

Recientemente ha sido premiada por el Ayuntamiento de Laguna de Duero con el Junco de Oro a la mejor deportista con discapacidad de la pasada temporada. “Ha sido todo un reconocimiento, ya que muchas veces ni yo misma confío en mí, y que lo haga otro, pues me da esa dosis de optimismo para seguir adelante. Creo que el hecho de compaginar mi enfermedad con el deporte puede servir de ejemplo para otras personas, que con una discapacidad, se plantean hacen deporte. Creo que es muy positivo que desde el Ayuntamiento se de visibilidad a personas con discapacidad, ya que hay que dar a conocer iniciativas como la mía para que otras personas como yo se animen a hacer deporte y a romper barreras sin miedo a nada”.

Llegar hasta donde esta no ha sido fácil. Ha sido un recorrido largo y duro que no habría sido posible sin sus padres, su hermano, su familia, sus compañeras o sus entrenadores –como es el caso de Carmen Muñumer-. Alguno de los recuerdos más destacables en su retina esta un campeonato que disputó en Corrales de Buelna, donde guarda grato recuerdo de la convivencia esos días con sus compañeras.

De cara al futuro, Alba solo se plantea seguir disfrutando de los entrenamientos junto a sus compañeras dentro del plano deportivo, “competir ya será otra cosa, dependiendo de la intensidad y el nivel, que cada año es superior. A nivel personal me gustaría acabar el ciclo de gestión de Administración y Gestión, para poder hacer un grado superior de educación infantil, ya que sería uno de mis sueños”.

Alba representa muchas cosas, pero sobretodo valentía. “No debemos tener miedo a proponernos un objetivo en la vida por más nivel que tenga. Yo he conseguido esto gracias a mi círculo más cercano”. Como amante de los puzles junto a su madre, Alba consigue día a día construir el puzle de su vida, pieza a pieza y triunfo a triunfo para darnos a todos una lección”.